martes, 14 de abril de 2015

Propuesta de intervención psicológica

Objetivos de la intervención
Objetivo general: Eliminar la situación de acoso escolar en un niño para modificar su conducta negativa consecuencia de la presencia de este fenómeno; asimismo, modificar la conducta agresiva de los niños, mediante la aplicación de técnicas cognitivo-conductuales.


Objetivos particulares:
a. Entrenar a la profesora en:
  1. Aplicación de técnicas cognitivo-conductuales de modificación de conducta, especialmente aquellas dirigidas a eliminar las conductas agresivas. 
  2. Manejo de resolución de conflictos.
  3. Aplicación de técnicas cognitivo-conductuales que aumenten la aparición de conductas prosociales.
  4. Estrategias de aprendizaje significativo en distintos entornos.

b. Instruir a los padres de los niños (tanto de los agresores como los de la víctima) en:
  1. El manejo de técnicas de modificación de conducta enfocadas a mantener o aumentar conductas positivas en los niños.
  2. El manejo de técnicas de modificación de conducta enfocadas a eliminar las conductas negativas en los niños.
  3. Manejo de resolución de conflictos
  4. Prácticas de crianza y estilos parentales
  5. Habilidades de comunicación padre-hijo.

c. Aplicar una intervención a Alberto:
  1. Mediante técnicas cognitivas, para cambiar su percepción en su entorno escolar y familiar y aumentar su autoestima.
  2. Para superar sus problemas de rendimiento académico.
  3. En habilidades de comunicación con su madre, sus compañeros y profesores.
  4. En habilidades de interacción positiva con otros.
  5. En habilidades de autoinstrucción que le permita modificar su conducta.

d. Aplicar una intervención a los niños agresores:
  1. A través de la participación de la profesora, se someterán a la aplicación de técnicas cognitivo-conductuales para modificar su conducta agresiva.
  2. Mediante técnicas de autocontrol, para cambiar la conducta en su entorno escolar
  3. En habilidades de interacción positiva con otros.
  4. A través de la participación de la profesora, se someterán a la aplicación de técnicas cognitivo-conductuales para aumentar conductas prosociales.

  
Conductas objeto de intervención
Las conductas que serán el punto central de la intervención son:
a. De Alberto:
1.    Las conductas antisociales
2.    Las conductas sumisas y retraídas
3.    El miedo
4.    La poca participación en clase
5.    El bajo rendimiento académico
6.    Las conductas poco comunicativas
7.    El aislamiento

     b. De los niños agresores:
1.    Las conductas agresivas verbales: gritar e insultar.
2.    Las conductas agresivas físicas: golpear
3.    Las expresiones de desprecio y humillación
4.    La conducta colérica
5.    Las discusiones y enfrentamientos
6.    La conducta dominante

Asimismo, se pondrá atención en las cogniciones que influyen en su comportamiento: la percepción distorsionada de la superioridad de los niños agresores  y la percepción de inferioridad de Alberto.

Descripción del tratamiento
Primero, se diseñará un breve taller enfocado a los padres; justamente para entrenarlos en la aplicación de técnicas de modificación de conducta dirigidas a sus hijos. Además, se les instruirá en la adopción de habilidades de comunicación con para que le sea posible dirigirlas en este programa de intervención, dirigido al cambio de conductas. Asimismo, recibirán información sobre los estilos de crianza y su influencia en la conducta de sus hijos.
Por otra parte, esta misma instrucción –a través de un taller– se extenderá a la profesora (o todos los profesores que estén interesados) para que manejen las técnicas de modificación de conducta dentro del ámbito escolar e influyan en la superación de este tipo de problemas. Especialmente, se le entrenará en la resolución de problemas, así como en estrategias que permitan un aprendizaje significativo en sus alumnos. Aunado a esto, se trabajará con la maestra para adaptar sus acciones para posibilitar la aparición de conductas prosociales en los niños.
Del mismo modo, los niños recibirán terapia individual para trabajar con los aspectos cognitivos de este problema: las percepciones distorsionadas; incluso, se brindará terapia familiar y de grupo.

El procedimiento de la intervención será el siguiente:
1.  Se realizará la historia clínica de Alberto, mediante entrevistas profundas a él, su madre y su maestra para conocer los antecedentes de las conductas y los factores de riesgo, así como para valorar su estado mental.

2. Se realizará una evaluación familiar para conocer su estilo de crianza, el nivel de estrés familiar, la posible existencia de abuso de sustancias por alguno de sus miembros e identificar alguna psicopatología parental.

3. Se llevará a cabo una evaluación escolar para conocer el rendimiento académico de Alberto, la posible existencia de algún problema de aprendizaje, cómo maneja sus relaciones sociales con sus compañeros y profesores, y los posibles factores de riesgo que lo inducen a sus conductas. Este mismo procedimiento se realizará con los niños agresores.

4. Se aplicará un instrumento de evaluación a Alberto para confirmar la presencia del acoso escolar. Se empleará un cuestionario basado en la escala de Cisneros, adaptada por Cepeda-Cuervo, Pacheco-Durán, García-Barco y Piraquive-Peña en el 2008. Este instrumento sirve para evaluar e identificar situaciones de acoso que se presentan en el entorno escolar.

5. Con el análisis de la información arrojada en las entrevistas y el cuestionario, se realizará el diagnóstico.

6. La intervención incluirá la combinación y aplicación de las técnicas operantes de modificación de conducta: economía de fichas, reforzamiento positivo y negativo, resolución de problemas, contrato conductual, extinción, reforzamiento diferencial de otras conductas, autoinstrucción y autocontrol.  Además, se trabajarán con los aspectos cognitivos. En este sentido, la terapia se desarrolla con las siguientes dimensiones:
a.    Terapia individual. En caso de no existir comorbilidad, se llevará a cabo terapia individual, familiar y grupal. La psicoterapia individual manejará un enfoque cognitivo conductual que permitirá aumentar la capacidad de los padres, profesora y niños para la resolución de los problemas, mejorar sus habilidades de comunicación, entre otras ya mencionadas.
b. Terapia familiar. Mediante la terapia familiar mejorará la capacidad de comunicación entre los familiares; además, los niños adquirirán habilidades para cambiar la dinámica familiar y lograr mejoras en la educación. La terapia grupal le permitirá a los niños adquirir habilidades sociales al interactuar con sus pares con similares conflictos y edad.
c.  Psicoeducación y entrenamiento. Con base en el diseño A-B-A (línea base-intervención-línea base) y para identificar cómo se presenta la conducta de los niños, los padres de cada uno de ellos registrarán en una línea base, por un periodo de siete días, las manifestaciones y características de los comportamientos, su frecuencia, duración e intensidad.  La instrucción que se le brindará a los padres versará en el manejo combinado de técnicas de modificación de la conducta. Se les explicará en qué consisten las técnicas de intervención que aplicarán cómo será el proceso combinado de ellas y lo que deben o no realizar durante la intervención. Al término de la intervención se realizará otra línea base durante una semana para comparar el cambio de las conductas y paulatinamente se le retirarán los refuerzos.
d.    Entrenamiento docente. Por medio de encuentros paralelos, se trabajará con la profesora con relación al uso de estrategias para garantizar el aprendizaje significativo en sus alumnos.

En síntesis, esta intervención propone un tratamiento integral, donde cada una de las partes que conforman a la dinámica educativa aporte a la eliminación de este problema de bullying; es decir, se pretende trabajar con todos los implicados en este fenómeno.  

lunes, 13 de abril de 2015

Caso ficticio de bullying

Podcast

Por medio del siguiente recurso audiovisual, describimos detalladamente un caso ficticio de bullying. A partir de esta información, posteriormente presentaremos una propuesta de intervención.



Nota: cabe señalar que este caso ficticio fue creado ex profeso para esta actividad.

sábado, 11 de abril de 2015

El bullying




Antecedentes

De acuerdo con Gómez (2013), el bullying ha sido objeto de investigación desde finales de los años 70's y principios de los 80's, en países como Noruega, Suecia y Finlandia. Precisamente es en Noruega donde encontramos a uno de los grandes pioneros en el marco académico; el Dr. Dan Olweus, profesor de psicología en la universidad de Bergen en Noruega, quien al tener conocimiento en 1970 de un caso muy particular de triple suicidio infantil por haber sido víctimas de acoso escolar, realizó el primer estudio a nivel mundial sobre el acoso escolar. Esta investigación fue publicada en 1973 en Escandinavia y en 1978 en Estados Unidos de América, titulada Aggression in the schools: Bullies and Whipping Boys.



Concepto de bullying

Olweus, (citado en Gómez, 2013) define el bullying como “una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un alumno hacía otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta acción, negativa e intencionada, sitúa a las víctimas en posiciones de las que difícilmente puedan salir por sus propios medios”. Por esta razón, “el bullying se puede definir como la intimidación, el abuso, el maltrato físico y psicológico de un niño o grupo de niños sobre otro u otros. Incluye una serie de acciones negativas de distinta índole, como bromas, burlas, golpes, exclusión, conductas de abuso con connotaciones sexuales y, desde luego, agresiones físicas” (Gómez, 2013, p.845).


Consecuencias del bullying

De acuerdo con Tresgallo (2008), las consecuencias del bullying en el agredido son: sentimientos de desprotección y humillación; fobias al colegio y a todo el entorno escolar; actitud de aislamiento; altos estados de ansiedad; cuadros depresivos, facilitadores de la inhibición escolar; aparición de neurosis e histerias; imágenes negativas de sí mismos,  y reacciones agresivas que pueden adoptar la forma de intentos de suicidio.
  
  • Consecuencias psicológicas

En cuanto al maltrato psicológico, este se da a través de situaciones constantes en la cual se estimulan sentimientos perjudiciales sobre la propia autoestima; puede considerarse como maltrato psicológico a todo daño intencional (o no) que se causa contra las habilidades de un niño/adolescente, lesionando su autoestima, su capacidad de relacionarse y su habilidad para expresarse y sentir. Esto ocasiona un deterioro en su personalidad, socialización y, en general, en el desarrollo armónico de sus emociones y habilidades limitando e inhabilitando su desarrollo potencial. Acosar psicológicamente a una persona es perseguirla con críticas y amenazas, injurias, calumnias, y acciones que pongan cerco a la actividad de esa persona de forma que socaven su seguridad, su autoafirmación, su autoestima e introduzcan en su mente malestar, preocupación, angustia, inseguridad, duda y culpabilidad (Valadez, 2014). 



Sintomatología
La víctima puede presentar un rango amplio de problemas generalmente encuadrables en los trastornos de ansiedad: fobia escolar o social, crisis de angustia, trastornos de apetito y de sueño (pudiendo llegar al trastorno de estrés postraumático). También hay sensación de indefensión, baja autoestima, retraimiento social y cuadros depresivos (llegando algunos a ideación suicida o a actuarlo). Es habitual que presenten somatizaciones y que el rendimiento escolar decaiga. (Armero, Bernardino, y Bonet, 2011, p. 665).
 

Tabla 1.1 Signos y Síntomas del maltrato
·         Somatizaciones (por la mañana se encuentra mal, tiene dolor de cabeza, de estómago, etc.; en la escuela dice que no se encuentra bien y pide que le vayan a traer)
·         Cambios de hábitos (no quiere ir a la escuela, quiere que le acompañen o cambia de ruta habitual, no quiere salir con los amigos, etc.)
·         Cambios en la actitud hacia las tareas escolares (baja el rendimiento académico).
·         Cambios de carácter (está irritable, se aísla, se muestra introvertido, arisco, angustiado o deprimido, empieza a tartamudear, pierde confianza en sí mismo).
·         Alteraciones en el apetito (pierde apetito, o vuelve con hambre porque le han quitado el almuerzo o el dinero).
·         Alteraciones en el sueño (grita por la noche, tiene pesadillas, le cuesta dormirse o se despierta muy pronto, etc.)
·         Vuelve a casa regularmente con la ropa o el material rota. Tiene moretones, heridas, etc.
·         Empieza a amenazar o a agredir a otros niños o hermanos menores.
·         Rehúsa a decir por qué se siente mal e insiste en que no le pasa nada. Da excusas extrañas para justificar lo anterior.
·         En casos graves puede llegar a tener ideaciones o a realizar intentos de suicidios.




REFERENCIAS
Armero, P. P., Bernardino, C. B. y Bonet, L. C. (2011). Acoso escolar. Rev Pediatr Aten Primaria, 13(52): 661-670. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1139-76322011000600016&lng=es. http://dx.doi.org/10.4321/S1139-76322011000600016.   

Gómez, N. A. (2013). Bullying: El poder de la violencia. Una perspectiva cualitativa sobre acosadores y víctimas en escuelas primarias de Colima. Revista mexicana de investigación educativa, 18(58), 839-870. Recuperado en 10 de abril de 2015, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-66662013000300008&lng=es&tlng=es.

Tresgallo, S. E. (2008). Violencia escolar (“Bullying”): documento para padres y educadores. Revista Española de Orientación y Psicopedagogía, 19(3) 328-333. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=338230780007

Valadez, B. (2014). México es el primer lugar de Bullying a escala Internacional. Milenio, 23 de Mayo 2014. Disponible en: http://www.milenio.com/politica/Mexico-primer-bullying-escala-internacional_0_304169593.html