sábado, 11 de abril de 2015

El bullying




Antecedentes

De acuerdo con Gómez (2013), el bullying ha sido objeto de investigación desde finales de los años 70's y principios de los 80's, en países como Noruega, Suecia y Finlandia. Precisamente es en Noruega donde encontramos a uno de los grandes pioneros en el marco académico; el Dr. Dan Olweus, profesor de psicología en la universidad de Bergen en Noruega, quien al tener conocimiento en 1970 de un caso muy particular de triple suicidio infantil por haber sido víctimas de acoso escolar, realizó el primer estudio a nivel mundial sobre el acoso escolar. Esta investigación fue publicada en 1973 en Escandinavia y en 1978 en Estados Unidos de América, titulada Aggression in the schools: Bullies and Whipping Boys.



Concepto de bullying

Olweus, (citado en Gómez, 2013) define el bullying como “una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un alumno hacía otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta acción, negativa e intencionada, sitúa a las víctimas en posiciones de las que difícilmente puedan salir por sus propios medios”. Por esta razón, “el bullying se puede definir como la intimidación, el abuso, el maltrato físico y psicológico de un niño o grupo de niños sobre otro u otros. Incluye una serie de acciones negativas de distinta índole, como bromas, burlas, golpes, exclusión, conductas de abuso con connotaciones sexuales y, desde luego, agresiones físicas” (Gómez, 2013, p.845).


Consecuencias del bullying

De acuerdo con Tresgallo (2008), las consecuencias del bullying en el agredido son: sentimientos de desprotección y humillación; fobias al colegio y a todo el entorno escolar; actitud de aislamiento; altos estados de ansiedad; cuadros depresivos, facilitadores de la inhibición escolar; aparición de neurosis e histerias; imágenes negativas de sí mismos,  y reacciones agresivas que pueden adoptar la forma de intentos de suicidio.
  
  • Consecuencias psicológicas

En cuanto al maltrato psicológico, este se da a través de situaciones constantes en la cual se estimulan sentimientos perjudiciales sobre la propia autoestima; puede considerarse como maltrato psicológico a todo daño intencional (o no) que se causa contra las habilidades de un niño/adolescente, lesionando su autoestima, su capacidad de relacionarse y su habilidad para expresarse y sentir. Esto ocasiona un deterioro en su personalidad, socialización y, en general, en el desarrollo armónico de sus emociones y habilidades limitando e inhabilitando su desarrollo potencial. Acosar psicológicamente a una persona es perseguirla con críticas y amenazas, injurias, calumnias, y acciones que pongan cerco a la actividad de esa persona de forma que socaven su seguridad, su autoafirmación, su autoestima e introduzcan en su mente malestar, preocupación, angustia, inseguridad, duda y culpabilidad (Valadez, 2014). 



Sintomatología
La víctima puede presentar un rango amplio de problemas generalmente encuadrables en los trastornos de ansiedad: fobia escolar o social, crisis de angustia, trastornos de apetito y de sueño (pudiendo llegar al trastorno de estrés postraumático). También hay sensación de indefensión, baja autoestima, retraimiento social y cuadros depresivos (llegando algunos a ideación suicida o a actuarlo). Es habitual que presenten somatizaciones y que el rendimiento escolar decaiga. (Armero, Bernardino, y Bonet, 2011, p. 665).
 

Tabla 1.1 Signos y Síntomas del maltrato
·         Somatizaciones (por la mañana se encuentra mal, tiene dolor de cabeza, de estómago, etc.; en la escuela dice que no se encuentra bien y pide que le vayan a traer)
·         Cambios de hábitos (no quiere ir a la escuela, quiere que le acompañen o cambia de ruta habitual, no quiere salir con los amigos, etc.)
·         Cambios en la actitud hacia las tareas escolares (baja el rendimiento académico).
·         Cambios de carácter (está irritable, se aísla, se muestra introvertido, arisco, angustiado o deprimido, empieza a tartamudear, pierde confianza en sí mismo).
·         Alteraciones en el apetito (pierde apetito, o vuelve con hambre porque le han quitado el almuerzo o el dinero).
·         Alteraciones en el sueño (grita por la noche, tiene pesadillas, le cuesta dormirse o se despierta muy pronto, etc.)
·         Vuelve a casa regularmente con la ropa o el material rota. Tiene moretones, heridas, etc.
·         Empieza a amenazar o a agredir a otros niños o hermanos menores.
·         Rehúsa a decir por qué se siente mal e insiste en que no le pasa nada. Da excusas extrañas para justificar lo anterior.
·         En casos graves puede llegar a tener ideaciones o a realizar intentos de suicidios.




REFERENCIAS
Armero, P. P., Bernardino, C. B. y Bonet, L. C. (2011). Acoso escolar. Rev Pediatr Aten Primaria, 13(52): 661-670. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1139-76322011000600016&lng=es. http://dx.doi.org/10.4321/S1139-76322011000600016.   

Gómez, N. A. (2013). Bullying: El poder de la violencia. Una perspectiva cualitativa sobre acosadores y víctimas en escuelas primarias de Colima. Revista mexicana de investigación educativa, 18(58), 839-870. Recuperado en 10 de abril de 2015, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-66662013000300008&lng=es&tlng=es.

Tresgallo, S. E. (2008). Violencia escolar (“Bullying”): documento para padres y educadores. Revista Española de Orientación y Psicopedagogía, 19(3) 328-333. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=338230780007

Valadez, B. (2014). México es el primer lugar de Bullying a escala Internacional. Milenio, 23 de Mayo 2014. Disponible en: http://www.milenio.com/politica/Mexico-primer-bullying-escala-internacional_0_304169593.html

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